Tanto jugo saqué a la vida,
que tal vez me la acorté.
Hoy doy por perdida la batalla,
esa que tanto luché.
Reconozco la derrota,
mas, no me arrepentiré,
de mi forma de lucharla,
pues cuanto de ella gocé.
Ese que nunca se rinde,
hoy la derrota firmé,
con quien nunca se equivoca,
he de ponerme a su merced.
Con un tercio de la vida
que ponía en el contrato,
con mis treinta primaveras
y tal vez veinte veranos
Mas quien mida nuestro tiempo
con días, meses y años,
yo le aplico mi medida,
pues por mí, viví cien años.
Si de nada me arrepiento,
es que todo he aprovechado.
No presumo de James Deam,
ni de pocos cumpleaños,
solo quiero despedirme
afrontando mis recargos.
Un gran beso para todos,
para otros un besazo,
esos que tanto amé,
pues me hicisteis ser amado.
Y si es cierto que hay un después,
saber que estaréis cuidados,
por un ángel de la guarda,
ese que os dedicó un besazo.