Que injusta traduce la historia
la interpretación de las vidas,
que al tirano engrandece
y al más noble discrimina.
No hay mejor emperador
que el que no hemos conocido,
pues ningún pueblo arrasó
y no hay sangre en su camino.
Sabedor de que su nombre
jamás perduraría,
ofreció paz a sus gentes
en lugar de espada fría.
Conquistar implica muerte,
conquistar implica horror,
doblegar gente inocente,
anular su religión,
ser el nuevo de la fiesta
e imponer nuestra canción.
Sinembargo en nuestros posos
habita algo retorcido,
pues decir conquistador,
aún se aplica en positivo.
Tal vez nos ciegan las luces
o vendrán bien adornadas,
pues la historia la escriben
quienes ganan las batallas.
Es la historia que tenemos,
son los textos que encontramos,
en tu mano ahora queda,
intentar interpretarlos.