Soy soplo de aire que transita por el mundo,
a veces alma a veces podredumbre,
grandeza o lodo,
hálito divino, suspiro mezquino.
O nada o todo.
Puedo erizarme en grito o desgarrarme en llanto,
cambiante cual la nube,
recogerme en silencio o ser causa de espanto.
Puedo ser tan diverso como aromas trae el viento,
puedo ser tan versátil, hasta saber mezclar
la lágrima y la risa en un coctel perfecto.
Puedo ser tan cambiante como amar a la muerte,
o preferir odiarte.
Puedo ser lo más grande en un momento dado,
humilde y generoso, héroe como soldado,
y un instante después, puedo ser alfiler que te hiera la carne,
o beberme esa carne a sorbos pequeñitos
olvidando mí enojo.
Puedo ser soplo fresco desgajando la tarde
y puedo ser despojo,
soy humano imperfecto, cumulo de defectos
que a veces se transmuta en ser maravilloso.
No sé si soy culpable…
Soy humano.
Efluvio de la nada que sueña con ser todo.
Mariposa y gusano.
Soy hálito de vida.
Soy humano.