No se si cavo mi propia tumba,
no se si labro un futuro llano,
no se si nado a orilla o dentro,
si se que al menos estoy luchando.
Si no te gusta el rumbo que llevas,
no crees que aún se puede hacer algo,
o es más fácil compadecerse
diciendo que es lo que te ha tocado.
Tal vez fracase en mi incierta apuesta.
Ya saldrá quien venga a recordarlo.
Al menos no moriré llorando,
diciendo que es lo que me ha tocado.
Más triste es permanecer parado
y por apariencia firmar ser esclavo,
de algo que día a día te come
y que año a año te hace más vago.
Vago para algo que un día soñaste,
vago para algo que ya has negado,
vago para volver a coger las riendas,
preso y miedoso por lo pactado.
Que nunca reprima tu vuelo,
el miedo a ser señalado
por otros pobres borregos,
como loco o fracasado.
Quién si no tú, lamentará,
cuando estés en el último acto,
el no haber cumplido tus sueños
o al menos haberlo intentado.
Todo es posible si aún quedan fuerzas,
todo es arcilla menos el pasado.